Muchas parejas que llevan tiempo conviviendo bajo un mismo techo empiezan a olvidar la importancia del sexo en su relación.
Placer ¿A quién no le gusta sentir placer? Disfrutar un masaje en todo el cuerpo, incluidas las partes íntimas, probar un plato de comida apetitoso, dormir una siesta en un lugar placentero y tranquilo, descansar, y, por supuesto, sentir un orgasmo, o la comodidad excitante del momento en que somos “víctimas” de una buena sesión de sexo oral, de caricias oportunas en cada parte del cuerpo que nos hace poner los pelos de punta. El placer del sexo está ahí para todos, pero muchas parejas que tienen una relación estable, con unos cuantos años de duración encima, olvidan lo que en un principio los motivaba, los excitaba y los incitaba a disfrutar de su sexualidad. Olvidan el sexo y lo ponen a un lado, generando grietas en la relación, porque una pareja que no tiene sexo, sencillamente no puede ser denominada de esta manera.
“Entre más relaciones sexuales placenteras tengas con tu pareja, más aumento del deseo sexual vas a tener. Cuando hablo de placenteras es que ambos hayan tenido un orgasmo y que sea una relación sexual que una vez hayas terminado te brinde bienestar emocional”, afirma la doctora María Antonia González, terapeuta de pareja y sexual, máster en psicología clínica.
Claro, existe una gran cantidad de factores que interfieren en la cotidianidad de una pareja que comparte el mismo techo y trata de mantener intacto el deseo sexual, pero nada que no se pueda solucionar. Algunos de los problemas que pueden disminuir el deseo y por consiguiente la frecuencia de los encuentros sexuales son: las crisis emocionales, el embarazo, la llegada de los hijos, el estrés, la falta de tiempo, la falta de preocupación por el ritual del sexo, entre otros. Incluso, hombres y mujeres presentan dificultades particulares para sentir deseo sexual.
“El síndrome de deseo hipoactivo (disminución del deseo y las fantasías sexuales) es una de las quejas más frecuentes en el campo clínico y se evidencia más en las mujeres que en los hombres. También he podido observar que el deseo sexual disminuye cuando se presentan problemas psiquiátricos como depresión, desordenes hormonales, la presencia de problemas entre la pareja y el uso de medicamentos también contribuyen”, señala la experta para el caso femenino. En cuanto a los hombres la experta comenta que en ocasiones esta ausencia puede estar ligada a un sentimiento de inferioridad que presenta el hombre y la ansiedad en diferentes campos de su vida, así como también el estrés laboral.
“Entre más relaciones sexuales placenteras tengas con tu pareja, más aumento del deseo sexual vas a sentir”.
Aunque no existe una medida exacta de cuántas relaciones debe tener una pareja para considerarse en buen estado, si hay un número que puede tenerse en cuenta para evaluar la relación y es el que resulta de un consenso entre las dos personas. “Es un acuerdo implícito. Se va estableciendo en la rutina. Dos o tres veces por semana puede ser la media, pero con esto no quiero decir que si hay parejas que sostienen cinco veces sean ninfomaníacos o que si no tienen sino una son frígidos o están en crisis”, asegura González.
Muchas parejas, con el paso del tiempo, empiezan a volverse cómodas con el tema del sexo, pues ha pasado ya la época de la ilusión, la novedad y la idealización del otro para darle paso a momentos más cotidianos, donde el sexo ya no es lo que los une, como en un principio, si no que llega a formar parte del vínculo emocional sin ser preponderante.
Pero ¿quién dijo que no se puede disfrutar de buen sexo con mucho amor? Las relaciones duraderas tienen muchos elementos que pueden nutrir la sexualidad: confianza, determinación de estar juntos, conocimiento amplio del otro y amor. Lo más importante no es hacerlo 3 o 10 veces a la semana, vale más reconocer que la sexualidad nos proporciona placer y que hay que innovar y hacer buen uso de la creatividad para evitar que el tiempo convierta una relación en un cementerio del deseo.
Para finalizar, les dejo los consejos de la experta, la doctora María Antonia González para re activar el deseo en una pareja que dejó el sexo en un segundo nivel.
1. Redescubre el arte del beso. Besa a tu pareja durante 10 minutos, sin permitir que se toquen nada de la cintura para abajo.
2. Acaricia los pies. Los pies están llenos de terminaciones nerviosas y acariciarlos es tan erótico como relajante.
3. Masajes. Trata de acariciar la piel de tu pareja lo más suavecito posible, ¡casi sin tocarlo! Sopla, humedece, pasa la punta de los dedos o de la lengua. Ya verás los escalofríos que le provocas.
4. Fuera de cama. No es un cliché, es realmente estimulante probar sitios poco convencionales para la pareja pues deben recurrir a nuevas poses, nuevas dinámicas que pueden alejarlos de la monotonía.
Cuidado íntimo
En el último año han aparecido en el mercado productos para el cuidado y aseo íntimo, que ayudan a que la salud genital ya no sea un tabú.
– La recomendación es que el aseo se haga con agua y jabones neutros, que protegen el PH de la vagina.
– Un estudio de la firma Bayer estableció que la mujer entre los 18 y 36 años está más propensa a sufrir de infecciones vaginales causadas por hongos.
– Entre los mitos sobre las infecciones se cree que tener una vida sexual activa predispone a sufrirlas. Los especialistas dicen que es falso.
– Hasta el 75% de las mujeres sufren candidiasis vaginal alguna vez en su vida.
– Los médicos recomiendan el uso de ropa interior de algodón, para mayor frescura.
– La mujer nunca se debe quedar con el traje de baño húmedo puesto. La misma recomendación aplica para la ropa deportiva, luego de la actividad física.
– La sugerencia es cambiar los protectores íntimos dos o tres veces al día.
Foto: Latinstock
Ilustración: Jean Paul Zapata
Fuente: El Espectador